miércoles, 2 de marzo de 2011

Demencia Senil

 La demencia senil es una perdida de memoria que afecta cada vez a mas personas, estas suelen ser mayores de unos 75 años, aunque cada vez afecta a gente no tan mayor ya que se han detectado en personas de 55 años o 60 años, estas personas no tienen la capacidad de poder llevar una vida normal por lo que necesitan ayuda de los familiares e incluso de personal terapéutico para mantenerles un poco activos y que no se les olviden todas las cosas sobre todo rutinarias.

 Los síntomas de la demencia senil pueden ser de memoria,  problemas de lenguaje,  problemas motores, problemas físicos, problemas de lógica mental, problemas de personalidad, trastornos del sueño, terapéutico para mantenerles un poco activos y que no se les olviden todas las cosas sobre todo rutinarias.

 Los síntomas de la demencia senil pueden ser de memoria, hay personas que no reconocen a los hijos, familiares más directos e incluso amistades de toda la vida, estas personas muchas veces se desorientan y no aciertan con cosas tan sencillas como puede ser ir a buscar cualquier cosa que se acuerda en ese momento, no suelen acordarse de lo de ayer pero igual se acuerdan de lo que les paso hace tres o cuatro décadas.

Hay personas que se las  llevan a centros para que hagan ejercicios manuales, de escritura, de movimiento hacen ejercicios y así están un poco más activos.

















CONSEJOS PARA EL CUIDADOR

1. Si intuye que algún familiar o amigo puede estar desarrollando algún tipo de demencia, acompáñele a su médico de familia. Él podrá hacer un diagnóstico fiable y referirlo a un especialista si es necesario.

2. Si decide responsabilizarse del cuidado de la persona enfema hágase a la idea de que será un proceso con momentos muy duros y otros gratificantes, pues se convertirá en el mayor apoyo de su ser querido.

3. Explique la situación a la gente allegada, pues verán en el afectado cambios de comportamiento que no comprendan y les resulten extraños.

4. Al mismo tiempo, es importante intentar preservar la dignidad y privacidad de la persona, por lo que debe cuidar a quién informa de su enfermedad y qué información da.

5. En las primeras fases de la enfermedad, la persona puede vivir de manera autónoma si establecemos algunas rutinas y le visitamos de manera asidua para asegurarnos de que todo va bien.

6. A medida que la enfermedad avanza tendrá que responsabilizarse de más cosas, como por ejemplo las finanzas. Es importante que la persona deje sus asuntos arreglados (cuentas bancarias, propiedades, facturas, seguros, etc.) antes de que la enfermedad evolucione.

7. Comunicarse es la parte más difícil en este tipo de enfermedades. La repetición de las cosas será constante y muchas veces le producirá un gran desgaste porque a medida que pase el tiempo carecerá de sentido. Trate de no perder la paciencia ni ser brusco, pues una reacción de este tipo podría herir y asustar al enfermo.

8. Los hábitos de comida pueden cambiar a medida que la enfermedad avanza, incluso puede que se olvide de comer o de hidratarse en muchos casos. Comer juntos puede ayudarle a recordar cómo se hace y a qué horas. Trate de implicarle en esta actividad en la medida en que pueda para que también se sienta útil, por ejemplo decidiendo juntos el menú o poniendo la mesa.

9. La higiene y el baño son fuente común de ansiedad para las personas con demencia, por lo que es importante ofrecer una ayuda discreta y preservar su independencia el mayor tiempo posible.

10. Averiguar qué actividades le gustan y tranquilizan ayudará a pasar un rato ameno a los dos en el que dejarán de verse como cuidador y enfermo.

11. Debe estar preparado para afrontar comportamientos difíciles. La agresión puede formar parte del progreso de la demencia. En estos momentos, trate de mantener la calma y déle un amplio margen. No caiga en el error de castigar a la persona como si de un niño se tratase, pues las personas con demencia no aprenden de la experiencia.

12. No puede olvidarse de si mismo. Para poder continuar atendiendo a la persona con garantías es necesario que se cuide y trate de no olvidar que tiene una vida que en el futuro recuperará en su totalidad.

13. No olvide que no está solo en esta situación. No tenga miedo de pedir ayuda a algún familiar o a instituciones públicas o privadas. El cuidado de una persona con demencia es una labor complicada, estresante y que requiere mucho esfuerzo.

14. Recuerde que tiene a su disposición muchas fundaciones y asociaciones especializadas en cada uno de los diferentes tipos de demencia. Además desde el año 2006 está vigente en nuestro país la Ley de Dependencia (LADD) que reconoce el derecho a prestaciones económicas y servicios a las personas en situación de dependencia.

FUENTE: Guía "Cuidar a una persona con demencia". Editada por Sanitas Residencial.

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